La llamada generación Z, que comprende a los nacidos a partir de 1995 hasta 2012, no conoce la vida sin Internet, ya que ha nacido con un teléfono móvil debajo del brazo. El 95% de este grupo generacional tiene un teléfono inteligente, según datos del Centro para la Cinética Generacional. Estos nativos digitales recurren al móvil para navegar por la web, buscar información, comunicarse o divertirse. La generación Z está revolucionando los hábitos de consumo respecto al entretenimiento, centrándose principalmente en el consumo online. Cada cambio demográfico viene acompañado de una transformación radical en la forma de consumir el ocio. En este nuevo contexto, los casinos online se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares para este relevo generacional.

Internet ha dado paso a muchos negocios online, entre los que se encuentran el sector del juego. Hoy en día, los casinos online están presentes en casi todos los países del mundo. Sin embargo, aunque parezca un fenómeno reciente, los juegos de azar han existido en todas las sociedades organizadas conocidas por la humanidad durante miles de años. Por su parte, los casinos físicos son más recientes. El primer establecimiento de juego conocido se estableció en la ciudad de Venecia, Italia, en el año 1638. Conocido como Il Ridotto, este casino ocupaba un ala del Palazzo Dandolo, cerca de la Iglesia de San Moisés. Un lugar que sólo era frecuentado por los nobles de la época, debido a las altas apuestas y el código de vestimenta formal.

A lo largo de los años, el juego se ha convertido en un negocio que mueve miles de millones al año. En España, el sector del juego mueve más de 40.000 millones de euros al año, cifra que representa el 0,9% del Producto Interior Bruto (PIB), y genera más de 80.000 puestos de trabajo en todo el territorio nacional, según los datos del Consejo Empresarial del Sector del Juego (CeJuego). Más allá de nuestro país, los aficionados a los juegos de azar pueden encontrar ciudades enteras centradas en las distintas modalidades de juego, como es el caso de Las Vegas y Macao.

La primera imagen que viene a la mente de la mayoría de la gente cuando se menciona la palabra “casino” es el emblemático letrero luminoso de “Welcome to Fabulous Las Vegas”. De hecho, incluso nombres como Bellagio y Caesars Palace resultan familiares para cualquier persona alejada de los juegos de azar. Esto se debe principalmente a que la cultura cinematográfica ha utilizado en numerosas ocasiones la ciudad estadounidense como escenario. Los casinos se han convertido en símbolos de la meca del juego. Tanto es así que este tipo de urbes han desarrollado industrias turísticas centradas en sus establecimientos de juego. Hoy en día, casi todos los principales destinos turísticos del mundo, como Londres, Melbourne o París, pueden presumir de casinos donde los turistas tienen la posibilidad de disfrutar de diferentes modalidades de juego.

La irrupción de los casinos online

Atrás quedaron los días en que los aficionados a los juegos de azar tenían que desplazarse hasta los casinos físicos. Hoy en día, cualquier persona tiene la posibilidad de disfrutar de su modalidad de juego favorita en un casino online de España desde el hogar, gracias a la velocidad y la seguridad de internet. El primer software para casinos online fue desarrollado por Microgaming, uno de los mayores desarrolladores de juegos de casino, en 1994. Dos años más tarde, CryptoLogic desarrolló un sistema seguro de transacciones financieras en Internet. Esto dio origen al nacimiento del primer casino online de la historia, InterCasino, con sede en Barbuda y Antigua, que fue la primera jurisdicción del mundo en establecer un marco regulador de juegos de azar en el ámbito digital.

Con el paso de los años, los casinos online se hicieron muy populares entre los aficionados a los juegos de azar de todo el mundo, y los países comenzaron a otorgar licencias a las empresas de juegos de azar con atractivos beneficios económicos. Las plataformas de juego online comenzaron a tomar su forma definitiva a principios de los 2000, cuando llegó el internet de banda ancha (ADLS), que permitía obtener mayores velocidades de navegación. Una tecnología que hizo que los aficionados a los juegos de azar no tuvieran que desplazarse hasta el casino para disfrutar de modalidades como la ruleta, las máquinas tragaperras o el blackjack. Además, la gran competencia entre los diferentes operadores de juego desembocó en un rápido aumento de la calidad de los juegos y el software, brindando a los usuarios una experiencia de calidad.

La consolidación del juego online

Los casinos online han experimentado un gran aumento en popularidad en la última década, debido principalmente a la democratización del acceso a Internet y el aumento de la asequibilidad de los teléfonos inteligentes. Según Statista, portal alemán de estadísticas, el valor del mercado mundial de juego online apenas alcanzaba los 20.000 millones de dólares en 2009, y en 2020 alcanzó una valoración de 66.700 millones. Todo apunta a que mostrará un fuerte crecimiento durante la próxima década. A pesar del ambiente de los establecimientos tradicionales, la asequibilidad y la facilidad de acceso que ofrecen las plataformas de juego online han inclinado la balanza a su favor. Al fin y al cabo, los usuarios pueden disfrutar de una amplia variedad de modalidades de juego en cualquier momento y lugar.

No cabe duda de que los casinos online han llegado para quedarse. Una de las claves del éxito de las plataformas de juego online es que no han dejado de avanzar en todo este tiempo, adaptándose a las diferentes tecnologías. Sin ir más lejos, el último gran avance de los casinos online han sido los smartphones. Estos pequeños dispositivos inteligentes se han convertido en la plataforma ideal para los juegos de casino, y los operadores de juego no han dudado en optimizar sus sitios web y lanzar sus propias aplicaciones para los móviles. A pesar del largo camino que han recorrido, los casinos online no se detienen y ya están pensando en nuevas tecnologías como la realidad virtual (RV) y la inteligencia artificial.