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Un servidor se prepara para estrenar su nuevo equipo fotográfico. Los Reyes Magos han premiado mi buen comportamiento con una cámara digital de última generación. La expectación me corroe por dentro, así que no espero más y salgo raudo a la calle a la búsqueda del mejor plano y la más bella panorámica para inmortalizarlos. Pero cuando salgo a la jungla de asfalto, ¡cuál es mi sorpresa! El cielo está repleto de nubes y amenaza lluvia, por lo que temo que no podré realizar las mejores fotografías. Sacar fotos en días nublados no es nada fácil.
Pero, que no cunda el pánico. La ocasión, aunque pueda parecer lo contrario, resulta ideal para tomar buenas imágenes. Los días nublados generan situaciones óptimas para trabajar con la cámara porque nos permiten disfrutar de una luz difusa y sin contrastes.
En realidad, resulta mucho más cómodo lograr una exposición correcta en días nublados que en días soleados. La luz de la que se va a disponer en el encuadre es mucho más homogénea. Los tonos más oscuros y los más claros no van a quedar ni demasiado subexpuestos, ni demasiado sobreexpuestos.
Un cielo con mucho sol genera muchas sombras que pueden empañar nuestras fotos. Debemos tener en cuenta que las sombras desaparecen en los días nublados, donde la luz es más uniforme. Hay que aprovechar este momento para fotografiar a personas, flores y cualquier otro detalle exterior.
El sol genera mas sombras y mas problemas que un día nublado
Cuanto más tormentoso esté el clima, más lentas serán las velocidades de obturación que tendremos que utilizar, más abiertos los diafragmas y mayor la sensibilidad ISO. Para contrarrestar la pérdida de color que se produce en los días nublados, es necesario ajustar el balance de blancos de la cámara.
Al ser el día más oscuro por la escasa presencia de luz, resulta recomendable salir a la calle con trípode con el fin de tomar imágenes en exposición lenta. Si además de que el día no acompaña, la jornada va aparejada de un viento racheado, mejor que mejor. Según los expertos, gracias a la ayuda del trípode podemos estabilizar la cámara y conseguir de esta forma el efecto del mar sedoso en nuestras fotos, así como fotografiar nubes en movimiento. Agarrar bien la cámara es mas importante de lo que parece.
Bajar el horizonte dentro del encuadre otorga al cielo un mayo protagonismo. Y viceversa. Otro aspecto que deberemos tener en cuenta. Así como cargarnos de paciencia. No todas las nubes son fotografiables. Hay que esperar el momento adecuado.
La cámara debe contar con el modo de disparo manual para sacarle todo el partido. El modo automático está muy bien para cuando no conoces todavía tu cámara.
También se recomienda utilizar filtros polarizadores o de densidad neutra, disparador remoto, batería cargada, tarjeta de memoria vacía y dependiendo del lugar donde vayas a realizar las tomas, protectores para la cámara por si las nubes se convierten en tormentas.
La paciencia es el principal aliado del fotógrafo
Así que ya sabes; si el día no acompaña metereológicamente hablando, no hay que desesperarse. Todo lo contrario. La jornada se prepara propicia para obtener buenos resultados acompañados de nuestra cámara fotográfica. Tanto el amanecer como el atardecer son los mejores momentos para retratar cielos nubosos. Agradeceremos el resultado. Y si no, mira los ejemplos que te dejamos a continuación: