Es muy probable que al abrir una imagen cualquiera, ya sea en formato PNG, JPEG, etc., no se pueda abrir el archivo, o tal vez se abra y la imagen no aparezca completa, e incluso que aparezcan extrañas marcas o colores. En ese caso, es probable que el archivo de la imagen esté corrupto o dañado.
Sin embargo, y aunque parezca complicado, una imagen dañada no siempre es sinónimo de irrecuperable. Existen herramientas para poder reparar fotos dañadas. Además podemos evitar que esta situación ocurra. Lo ideal es prevenir la corrupción de los archivos, sean del tipo que sean.
¿Qué es una imagen corrupta o dañada?
Cuando hablamos de un archivo corrupto o dañado, sea una imagen o sea de cualquier otro tipo, se está haciendo referencia a datos con errores que impiden que no pueda leerse el contenido o no se haga de forma completa. Es muy frecuente que estos problemas surjan en un ordenador durante la escritura, la lectura, la transmisión local o por redes, o durante el procesamiento de la imagen.
No es raro que sucedan problemas de corrupción o daño de archivos. De hecho, cada año se pierden infinidad de información en los que no se puede recuperar fotos dañadas. Y lo pero es cuándo no había hecha una copia de seguridad de respaldo.
Por ejemplo, si se dispone de una fotografía PNG y hay daño en el archivo, la corrupción de datos indica que hay una serie de elementos que están alterados con respecto al original.
La corrupción puede tener diferentes niveles. Pueden ir desde los más leves, donde simplemente haya variado algún bit de estado. O más graves en los que los daños son tales que incluso impide abrir un archivo o que el formato sea desconocido.
Motivos por los que una imagen se corrompe
Si sabemos porqué se corrompen los archivos será más fácil evitar problemas. Así se evitará recurrir a herramientas para recuperar fotos dañadas, ni tener que perder otra información relevante. Los principales motivos por los que un archivo de imagen, o de cualquier tipo, se puede dañar o corromper son:
Sobrescritura de datos sobre el archivo original, habiendo sustituido algunos bits de información.
Fallos en los sectores o zonas de la memoria donde se almacena el archivo.
Transmisiones incorrectas o incompletas, cuando se transfiere un archivo en local, o a través de redes, haciendo que algún bit no sea el correcto o que los bits que componen el archivo estén incompletos.
Descargas que se paralizaron o están incompletas.
Malware que infecta el sistema y corrompe los datos almacenados.
Errores del propio software. Por ejemplo, cuando una aplicación se congela o se detiene inesperadamente y no se ha guardado bien la foto.
Reinicios o paradas del sistema inesperadas, por problemas del sistema operativo u otras causas.
Problemas de suministro de energía. Como cortes de la fuente de alimentación, cortes de suministro eléctrico sin disponer de un SAI, apagados inapropiados sin esperar a que el sistema sincronice los datos y se cierre de forma correcta, etc.
Daños físicos en las unidades de almacenamiento, ya sea memoria primaria o secundaria.
Fallos de red que dejen a medias una transición o lo hagan de forma incorrecta. Pueden deberse a problemas del software de red, con el servidor, por el propio hardware de red (especialmente en redes inalámbricas), etc.
Interrupciones de datos producidas por el propio usuario. Por ejemplo, cuando se desconecta una memoria USB de forma no segura, sin que le haya dado tiempo a almacenar el archivo completo.
Problemas de hardware como chips defectuosos, o errores en ciertas unidades de procesamiento (aunque esto es más extraño).
Prevenir la corrupción es mejor que reparar fotos dañadas
Como es evidente, prevenir siempre es mejor que tener que llegar a reparar fotos dañadas. lgunos problemas de los citados anteriormente son inevitables, pero hay otros que se pueden eludir para reducir al mínimo la pérdida de datos. Veamos como prevenir:
Implementar un buen sistema de seguridad y no confiar en fuentes desconocidas para evitar el malware.
Tener el sosftware y firmware siempre actualizado, corrigiendo algunos posibles bugs que pueden dar pie a corrupción de datos.
Llevar una buena política de copias de seguridad.
Usar versiones estables de software, y no versiones de lanzamientos tempranos o inestables.
Emplear redes cableadas cuando se desee transmitir información crítica, evitando el uso de redes inalámbricas.
Apoyarse en un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) para que cuando haya un corte de suministro eléctrico, la batería de éste se active y permita que el sistema siga funcionando para guardar todo con seguridad.
Elegir bien los dispositivos de almacenamiento, para usar los que sean más fiables y duraderos, y el sistema operativo más estable, también ayuda. Incluso usar un buen FS o sistema de archivos que tenga funciones para prevenir la corrupción.
Evitar almacenamiento perecedero o frágil, como los discos ópticos (CD, DVD, BD).
No usar el botón de reinicio o el de apagado para hacer una parada forzada (siempre que se pueda evitar).
En cambio, cuando ya ha ocurrido el problema, y no se ha podido prevenir, también existen programas para recuperar fotos dañadas que pueden casi con todo en la mayoría de los casos. Muchas de ellas son gratuitas, fáciles de usar, y las hay para multitud de plataformas. Por ejemplo, algunas de las mejores son:
Stellar Phoenix JPEG Repair: es una de las mejores herramientas para reparar fotos dañadas en Windows y también en macOS. Incluso podría recuperar algunas que están muy dañadas.
Photo Recovery: es una de las mejores apps para reparar fotos dañadas en dispositivos móviles Android. Es totalmente gratuita.
En el caso de la plataforma iOS/iPadOS no existen este tipo de apps, aunque siempre se puede conectar el dispositivo al PC o Mac y repararlas desde allí.