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Cuando miramos un cartel, probablemente nos preguntemos algo como esto: “¿Lo encuentro interesante? Y “¿Lo entiendo? “Está claro el mensaje? La respuesta a estas preguntas debería de ser un enorme SI, en caso contrario, algo falla…
Dado que el objetivo principal del diseño gráfico es comunicar información o un mensaje a una audiencia, crear interés y la claridad son dos de los objetivos principales. Para determinados tipos de aplicaciones y categorías de diseño gráfico tales como el diseño para la información (por ejemplo: un cartel de primeros auxilios o un plano de un metro), la claridad es esencial y probablemente suficiente. Para otras categorías de diseño con una intención comercial mayor (un banner en una web o un cartel de un evento), atraer la atención de la gente es de vital importancia, ya que uno debe sentirse suficientemente atraído por el aspecto del diseño como para girar su cabeza y tomarse la molestia de interpretar el mensaje.
Aunque una solución pre-formulada puede ser clara, si es aburrida nadie se molestará en dedicarle tiempo. A menudo, el espectador dedica demasiado tiempo a intentar encontrar el sentido de un mensaje en la forma que le interesa. Cuanto mayor sea el grado de interés que creemos, más satisfacción experimentará el espectador cuando encuentre la solución. Una vez que hayamos obtenido el interés de alguien, el mensaje debería ser claro. Si alguien mira un diseño y piensa “No lo comprendo”, la solución será ineficaz.
Para crear soluciones claras e interesantes, necesitamos desarrollar grandes habilidades en composición. Debemos comprender suficientemente bien el contenido como para estructurarlo correctamente. La inteligibilidad de la comunicación depende de la lógica (de cómo ordenamos visualmente en relación al mensaje). Una forma interesante depende de un buen concepto en conjunción con una visualización perfilada al máximo y nuestras habilidades sobre composición.
Un esquema es la organización visual del texto y los elementos visuales en una página impresa o digital; también se llama ordenación espacial. Un esquema trata sobre cómo trabajan en conjunto todas las partes de nuestro diseño. Como esquema, uno podría simplemente decir que una composición es un grupo de componentes organizados o elementos gráficos, pero es mucho más. La composición es la forma, toda la propiedad espacial y la estructura resultante de la intención de visualización y la ordenación de los elementos gráficos (texto y elementos visuales) en relación unos con otros y con el formato, dando sentido a la comunicación visual de forma convincente y expresiva. Cuando realizamos una composición, debemos utilizar todos los recursos de elementos formales (líneas, formas, colores, valores y texturas) y un conjunto de habilidades (balance, énfasis, unidad, proporción, etc.)
Igual que cualquier comportamiento humano, el proceso completo de conceptualización, visualización y composición es complejo, no lineal y altamente impredecible. Por esa razón, la mayoría de los diseñadores utilizamos una composición espontánea como principal metodología cuando trabajamos en diseños que no requieren una estructura concreta, como es el caso de un periódico, donde se necesitan cuadrículas y guías. El proceso de composición se basa muchas veces en probar diferentes opciones y ver sus resultados, teniendo en cuenta el principio del equilibrio y reglas gráficas como la de los 3 tercios.
En conclusión: la composición es el arte del orden, de la organización y la manera más acertada en enviar un mensaje correcto y entendible, pero como ya comenté en artículos anteriores, para romper las reglas, primero hay que conocerlas. Próximamente hablaré de estas reglas de composición.